Quizás,
en un año o dos,
te cases.
Y alquiles una casa
en Carupá,
cerquita de la estación.
Y salgas con un
vestido de flores al
patio
y con una palangana roja,
a tender las sábanas
al sol.
Y el sol,
quizás te atraviese en tu
patio en Carupá y
entibiezca tu panza
de niño adentro y tu
sonrisa gris.
Quizás sea así.
Un momento breve,
de tu vida futura,
quizás sea así.
Tu marido no te sorprenderá
con flores y
alguna vez te será infiel.
Y no se reirá como
quisieras.
Pero serás feliz.
Inexplicablemente,
serás feliz.