Nada más lindo
que el olor de la leche tibia
girando en la olla y afuera
el frío.
Nada más lindo
que el sonido de la cuchara de madera
golpeando el aluminio
haciendo girar
la leche blanca
haciendo girar
el mundo
entibiando
el mundo
una mañana de sábado
porteño
y vos.