De alguna manera
hay que explicar las horas de estos años
de mí qué quedará
después de los recuentos
sino el aturdimiento
el gesto simple de poner la cabeza
colgada en tantas partes.
Para qué les voy a contar
cómo empezó esto
me metí nomás un día. Cansado
de ver los rostros siempre sucios
-mirando, cada uno, el mismo mundo-
comprometido de pronto hasta los huesos
mi sueldo, mis sueños con la noche
hasta mi corazón que se quedaba
(todos nos fuimos)
me fui con todo
a empujar contra el viento.