ESOS MATES

Estos mates

o el paisaje

azul cielo de Entre Ríos

un agua profunda echada a volar

está escrita en la frente de sus hombres

semejante a violines en manos inexpertas

nada como el violín

para dibujar la tristeza.

 

La yerba mate llegó desde más arriba

confusas embarcaciones, sigilosos guaraníes

pero nosotros le pusimos

las madrugadas y el silencio.

 

Hernandarias, ya patriota, patriota

alertó sobre los funestos efectos del veneno

hasta que el apóstol

                               con manos de fuego

 

purificó el jugo aquél de los estragos

para que el Caá recibiera los beneficios

el visitante de la hermosa Yarií

lo gentil de la gente sencilla

tan delgada que nunca lo saben

y cuando lo saben, lo callan.

 

Estos mates, mis amigos

hermanos de la fatiga y de la falta de sentido

tantas veladas en la costa

qué espinel o qué magia

qué secreto pacto, ahora

nos pide cuentas?

 

Qué nos vincula entonces?

 

Está claro que la huida hacia las islas

convocados o alzados

se frustró en fiestas más o menos irrelevantes

urgidas de explicaciones.

 

Qué entonces?

Quizá nuestras emocionales proclamas

que como las cartas del perfume destruimos

o tal vez la memoria de San Francisco Ramírez

o Guarumba, o los debates

o Artigas, alto en una agonía de incomprensión

perseguido, acorralado

envueltas sus “instrucciones” en una sangre invisible.

Ah, mis lejanos amigos a los que ya cuento

todos, quizá, tendremos

“La estación de nuestro amor”

uno a uno puedo acusarlos

todos podrán sindicarme

tantas cebaduras podemos cambiar.

 

Pero confío

 

                   con ustedes

 

en nuestros húmedos secretos

en la numerosísima sed de liberación

en la afilada gracia de nuestros silencios.