Encuesta para libreros del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires a Stella Maris Ponce:
Febrero de 2014
1) ¿Qué porcentaje de libros traducidos vende en relación con el total de las ventas?
Es difícil hacer una estadística al respecto y dar números exactos. El sistema informático no permite hacerlo, por ejemplo. Pero en general estimo que la mayor parte del volumen de ventas corresponde a libros traducidos. Claro que esa mayor parte ha ido variando: unos diez años atrás tal vez alcanzaba hasta un 80% pero en los últimos años se ha incrementado el consumo de libros publicados sobre todo en nuestro país, en distintos géneros, principalmente narrativa, ensayo de actualidad y libros infantiles. Con lo cual hoy día quizá estemos hablando de un 60% de títulos traducidos sobre un 40% de títulos en español como lengua de origen.
2) ¿Qué procedencia tienen las traducciones y qué dice el público sobre éstas?
La procedencia mayoritaria siempre ha sido de España. En general el público no opina sobre traducciones, salvo el lector riguroso de literatura, o un lector de poesía que privilegia un traductor sobre otro. El que hace este tipo de elecciones no prefiere las traducciones españolas, le resulta incómodo encontrarse con términos del habla coloquial que no le son propios y obstaculizan la fluidez de la lectura. Pero insisto que es una minoría la que se detiene en esta cuestión, el que lee bestsellers o literatura científica no pone atención en el lenguaje. Otro dato no menor es que casi no hay opciones: es decir varias traducciones para comparar de una misma obra disponibles en el mercado. No llegan al país publicaciones del resto de Latinoamérica, salvo excepciones, de México, Colombia o Venezuela. Y a veces también hay variables en torno a la calidad/precio, por ejemplo, traducciones que sin ser óptimas se venden porque son publicaciones económicas, o por el contrario, ediciones muy cuidadas en contenido y edición pero prácticamente inaccesibles según los dictados de la importación actual.
3) ¿Privilegia usted la venta de traducciones realizadas en su propio país? ¿Por qué?
Por supuesto desde la librería se sugieren las traducciones que se hacen aquí, a veces algún buen profesor de literatura también las recomienda, sobre todo para los clásicos que se leen en la escuela. Además de lo dicho antes sobre el lenguaje (una traducción más cercana contribuye al mayor disfrute y comprensión de la obra en cuestión), nos parece justo apoyar la causa que han emprendido los traductores para revalorizar su profesión. En ese sentido me parece que han ganado visibilidad en un público más amplio, no sólo en el ámbito acotado de la crítica o de la gente de letras que valora el trabajo y conoce la tradición de traductores en nuestro país. Algo similar ha ocurrido con los ilustradores que de a poco han logrado posicionar su oficio en la categoría de co-autores sobre todo en literatura infantil y juvenil.
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