Tonto soy retorcido en espinas.

Tonto soy corrigiendo los propios delitos,

torpe aburrido en escamas.

 

La mujer limpia y toca sus nalgas.

Bebe café y vomita,

tonta es.

 

Tonto soy viviendo en compota.

Amarga

pulpa

diluída.

 

-Calla Starosta, duérmete sobre la grasa.

Arriesgado, inmaduro y otra vez tonto.

 

Vuelan por la ventana las migas de tus órganos,

paralizan,

hieden,

andrajosa caída.

 

 

Fin al desvelo,

ahora descansa la píldora amarilla,

tonta.

 

Ay, ha caído la carne a la olla.

Hay olor a ganado podrido.

Estamos vencidos:

hay vacas en el living.

 

Destruyendo las teclas del piano,

me veo en tajos y en semitonos.

 

La mujer come ensalada

y sigue vomitando,

todo lo devuelve forrado de rimmel rojo.

 

Las vacas marrones comen los regalos

y una blanca traga cuerdas,

tonta vaca.

 

Sal.

Vete.

 

En el bidet están las perlas,

las que robé de la cómoda gris.

El mueble de la tonta Berta.

 

Pero ahora hay vacas en la casa

y la ingenuidad nos desborda.

Paralizados.

Hay un drenaje hacia el porche.

 

La hembra sigue vomitando la alfombra.

Es verde el cuadro

pero los mamíferos van de blanco a negro,

son dieciocho tontos animales.

 

Selva.

Lácteos.

La porcelana es inútil.

Estúpida.

Y estoy odiando a Berta que embadurna.

 

Berta

Marta

y sus tontas amigas nos conquistan.

Atrapan hogares y niños.

Roban electrodomésticos.

El gato llora,

felino tonto.

Tiene pulgas.

 

Tonto soy

por tener casa,

tonto propietario enfermo.

 

Sal.

Vete.

Corre a la calle.

 

Duérmete.