EN NOTICIAS/ENTRE RÍOS - 24.12.15

Por Mäuss para http://www.noticiasentrerios.com.ar/

Su escritura tiene un parapeto en un firmamento donde habita el pensamiento como marco de un cuadro que está construido con puntos de fuga hacia la poesía, la filosofía y un territorio con ventanas cuasi gestálticas que a partir de fragmentos gramaticales, el lector puede acceder al big picture. En definitiva, poemas que un hombre merece leer, son los de Fernando Márquez.

------------------------------- 
 

¿Cómo comenzó tu relación con la literatura? ¿Hubo, de chico en tu casa, una estimulación especial o llegaste a la literatura por una búsqueda interior? 

No sé cómo comenzó todo, si hay algún momento fundante o mítico lo desconozco. Pero lo que sí se me viene a la mente es una constelación de recuerdos e imágenes: como cuando tuve la primera experiencia fuerte e intensa de lectura. Fue con Borges, y tenía 16 años. Lo leí por curiosidad. Todavía recuerdo cuando leí el cuento La casa de Asterión que remataba con ese final: -¿Lo creerás, Ariadna?-dijo Teseo-. El minotauro apenas se defendió. Me voló la cabeza. También recuerdo cuando de chico pasaba no sé si horas pero sí mucho tiempo hojeando enciclopedias de la biblioteca de casa. Era una biblioteca escondida, y había que descubrirla. Estaba dentro de un gran placard, y para llegar a la biblioteca había que abrir las puertas del placard, correr las prendas que estaban colgadas y ahí aparecía: una biblioteca alta y soberbia, un tótem. 
 
¿Cómo es tu actividad como autor?
Soy lento. Es decir, mis tiempos de producción son lentos en comparación con mi ansiedad. Aunque no me resulta difícil lidiar con esa ansiedad, tengo como antídoto mi ociosidad y mi timidez. Me tomo el tiempo, escribo y dibujo esporádicamente cuando pesco algo, y la pesca requiere paciencia, dejar pasar el tiempo. Una de las pocas cosas que tuve claro desde un principio era que lo importante es respetar el tiempo de uno. No apurarse, no dejarse llevar por la ansiedad del momento o la neurosis del mundo cultural, porque creo que lo más importante es constituir un lenguaje con personalidad, un proyecto estético fuerte, el resto el tiempo lo proveerá.
 
¿Qué escritores reconocés influyentes en tu obra, y cuales determinantes en tu formación?
Son muchos, y creo que aburriría con una lista. Las influencias son como fantasmas con los que se conversa, vienen y van, unos pasan, algunos se olvidan y otros quedan. A  pesar de que la escritura y el dibujo son una actividad solitaria, en realidad no se está solo, pero se está solo. Por ejemplo, hace unos años tuve la oportunidad de conocer a Irene Gruss en un taller de escritura. Ya hace tiempo que pasó, sin embargo el fantasma de aquel taller: las voces, las lecturas, las críticas siempre están y estuvieron presentes. Escribo con esos fantasmas porque escribir es una conversación, pero callada.
 
¿Qué estás leyendo últimamente?
Últimas noticias de la literatura de Sergio Chejfec, Historia de la escritura de L. J. Calvet, y como siempre la Revista Ñ, el muro de FB, algunos blogs que sigo, y también siempre releyendo revistas viejas.
 
¿Tuviste pósters de artistas (o primeros ídolos) en tu habitación? ¿De quiénes eran? 
No, nunca. Las paredes que tuve y tengo siempre estuvieron desnudas con sus manchas, sus texturas, su lenguaje, no el mío.
 
¿Qué expectativas guardás para el 2016? 
Es un año con varios desafíos que encarar y el panorama es incierto. Vamos a ver. Espero este próximo año con cautela pero también con una flor en la mano (como decía aquella frase que dijo alguien que no me acuerdo).
 
¿Encontrás pares en la ciudad de Concordia a nivel artístico?
Stella Ponce y vos Mäuss junto a la Póetica 111 que hace poco finiquitó como colectivo. A profesores que tuve como Alejandro Bekes. Personas como esas y otras tantas que más allá de lo intelectual o lo artístico me ayudaron (sin saberlo ellos) a amigarme con esta ciudad. A ellos los considero como pares.
 
Contanos los últimos discos/músicos que te han gustado e interesado.
The Lotus Eaters, Tame Impala, bandas del nuevo pop chileno, y también percusión japonesa, denominado Taiko. Me gustaría aprender Taiko aunque no sé si es una mera fantasía o una verdadera vocación. Y después están las bandas de siempre: Boards of Canadá, Massive Attack…
 
¿Qué evaluación hacés de gestión cultural de la dirección de cultura de Concordia? ¿Considerás que se hicieron las cosas de manera uniforme, es decir para todos en términos culturales?
Si es por mí disolvería la dirección de cultura y transferiría sus recursos y presupuestos a la ciudadanía de la ciudad en forma de un bono (anual, mensual, no sé) que solo podría ser utilizado para la compra de bienes culturales (ya sean libros, obras de arte, entradas para recitales…) o en inversión para proyectos artísticos. Esto sería una especie de Asignación universal por hijo pero para toda la ciudadanía y destinado exclusivamente para el consumo cultural y la producción artística. En cuanto a los programas e instituciones culturales como los museos y las escuelas de arte propondría cooperativizarlas, siempre y cuando se garantice los fondos por parte el Estado.
Estas propuestas son un voto de confianza a la sociedad civil de la ciudad, que demostró gestionar con (relativo) éxito servicios esenciales como el suministro eléctrico (me refiero a la Cooperativa Eléctrica). La sociedad civil fue capaz en comparación por ejemplo con la desastrosa gestión que hace el Estado del agua. Y por otro lado creo que al llevar la gestión del Estado a la sociedad abriría el juego, ya que la cultura no estaría en manos de la burocracia, la mediocridad y la corrupción, sino que posibilitaría la intervención de la gente que tiene algo que decir sobre la cultura, que hay mucha de esa gente en esta ciudad, pero está sola.
 
¿Qué es el arte para vos? ¿Qué es un artista a tu parecer?
El arte es una forma de recuperar cierta sabiduría, o en todo caso de inventarla. El arte no salva ni hace revoluciones. Creo en el arte como lo que es la filosofía, en su sentido original. Hace un tiempo se entiende a la filosofía como una crítica social y discursiva, pero eso no es la filosofía. La filosofía fue inventada para recuperar la sabiduría perdida, para saber quiénes somos, o intentarlo, inútilmente.