AMOR CLASIFICADO

 

  Ahí está, subiendo al bondi el negro cabeza, sin cejas y lleno de aros, el gorrito le tapa los inmensos ojos verdes. Hace dos pasos y a los gritos sube la negra, con el rodete arriba bien alto, la frente tirante y la calza de colores re metida. Él la abraza fuerte con las manos curtidas y le dice un “Te amo” turro mientras le dedica una cumbia pa´ la burra en su Galaxy gigante.      Ella lo mira con el delineado de gato, medio enamorada y enciman sus bocas partidas un instante.
 Se ponen a hablar de la vieja que está atrás, la que se da vueltas cada dos por tres para mirar el culo increíble de la piba. Él se para y le escupe medio bizcocho y un: – ¿Qué mira Doña? ¿Le gusta?
 La vieja se pasma sin creer el atrevimiento y no contesta nada. La piba se ríe dejando a la vista una ventana dental, común del canon de Constitución, orgullosa de su macho defensor. Ella saca el teléfono, activa la cámara frontal con un filtro vintage. Se recuesta en su hombro mientras él trata de arremangarse los brazos empujándola suavemente. Ella lo putea. Él saca la lengua y la pone entre dos dedos en V. Ella le muerde la mejilla y suena el “Click” de la foto. La vieja se ve encandilada por el flash y prefiere cerrar los ojos. Ellos la ven y con sonrisa burlona, un disparo detrás del otro “flash, flash, flash”. La vieja no aguanta más. Se para y se baja. Él, le ofrece el asiento a su chica. Ella se hace un nudo en la remera del FPV para que se le vea el piercing del ombligo, se levanta un poco la calza y se sienta en su falda. Juegan con sus manos durante las últimas diez paradas.
 Llegamos a Constitución. Se termina el viaje. Me bajo y los sigo con la vista hasta que se pierden en la cortada. Se me ocurre que van a llegar a la casilla y después de enganchar los cables de la luz encienden el plasma y ponen “Show Match” o el equipo que hace temblar el rancho. Él le desenreda el rodete y le teje el pelo con sus dedos entre los rulos todavía un poco húmedos. Le agarra el culo con las dos manos, la apoya un poco y le dice: – ¡Qué buena que estás! Se hunden en un beso increíble de película hollywoodense. Ella se siente más deseada que la Scarlett Johansson y eso le alcanza para saciar el deseo de permanecer ahí, de por vida, con su wacho.