Barrio de La Bolsa,
eres como una boca siempre sucia
de malas palabras.
Tus caras desiguales
(dentadura deforme)
sufren la carie de todas las noches
que salpican de sombra
tus vigilias de lámparas eléctricas.
Barrio de guapos sin color a miedo
que bordaron con sangre y con hazañas,
tu pequeño gran mundo circunscripto
a seis cuadras cuadradas de leyenda.
Barrio de la intención filosa
como tus puñales,
que abrieron tórax amplios
como terrenos de labranza
para hacer su cosecha de margaritas rojas.
Hoy ya te has hecho amigo de la luna.
Tus veredas que son toda la calle,
saben de una muchachita color de luna y oro
que lee a Ortiz y a Carriego
y que se dice novia de un poeta.
Sabe también pasos seguidores de días
largos de malpagadas fatigas,
que apuntalan muchachos fuertes como árboles,
del color que tus calles acostumbran,
que vuelven de la fábrica bajo un sol matemático
quemador de silbidos en sordinas
que es la filosofía musical de sus almas.
Barrio que balbucea su regeneración.
De tarde en tarde un despertar de instintos
agazapados tras un truco compadre,
revive surcos cárdenos y pitadas de auxilio,
mientras teoriza el drama horizontales descansos
enel va y viene de las puñaladas.
Barrio de La Bolsa;
Los Moreiras, los Sosas, los Peraltas
Copian tu regeneración.