Todas las mañanas,
tu nombre,
Clara paloma del recuerdo mío
va a posarse en la rama verde de mi palabra.
Tu manso nombre, hermano de los días serenos;
parecido a las gotas de rocío.
¡Tu limpio nombre !
copiado de todas las transparencias;
de todas las ingenuas alegrías del mundo;
como fuera la risa de los niños
y el desinteresado gorjeo de los pájaros.
¡Cómo es dulce tu nombre dicho así para adentro
como quien da un regalo musical al silencio!
Él inaugura pentagramas de agua
donde cisnes de ensueño y ángeles transparentes
abren con clave de alas
el musical prodigio de una sinfonía
solo para mi alma.