Allá por 1860, el país hermano del Paraguay, tenía uno de los sistemas educativos más avanzados de la época, no tenía analfabetos, ni deuda externa, el Estado le garantizaba a cada paraguayo un pedazo de tierra, y hasta ferrocarril tenía aquel pueblo.
Un país autónomo y una sociedad justa, eran un mal ejemplo y un mal negocio, para los poquitos poderosos que viven a costa de la pobreza y el sometimiento de millones.
El imperialismo británico, la burguesía europea y sus socios menores de Buenos Aires, Montevideo y Mato Grosso, supieron claramente que hacer.
Entre 1864 y 1870 libraron una guerra cruel, brutal, desigual y absolutamente antipopular, que exterminó a cerca de un millón de hermanos paraguayos y sumió a esas tierras en la peor de las pobrezas.
¿Cómo explicar una guerra en cinco renglones?
¿Cómo sintetizar en cinco renglones semejante crueldad?
¿Cómo explicar las causas y consecuencias de una guerra, sin caer en ese sinnúmero de nombres fechas y lugares, en la que suelen sumirnos los historiadores oficiales y la enseñanza tradicional de la historia?
Don José María Rosa en su libro “La guerra del Paraguay y las Montoneras Argentinas”, parece haber logrado ese cometido, en cinco renglones explicó la guerra:
“Habíamos aniquilado - o contribuido a aniquilar - a un pueblo hermano, para enseñarle las ventajas que en economía política tiene el librecambio. Hacíamos una guerra aniquiladora para quitarle lo que ganaba una tejedora de ñanduty, y dárselo a las hilanderías de Manchester o Birmingham.”