Un día nos reuniremos gran suma de minúsculas despiertas y conmovidas
Entonces derribaremos las puertas del tiempo injusto
Y no habrá nadie entre nosotros que llore por la causa de los ídolos mimosos
Nadie entre nosotros que nos delate con su canto de sirena a los señores de la infecundidad
porque habremos cerrado tanto nuestras filas que toda la ternura será nuestra
Entonces no habrá nadie entre nosotros con empacho divino
Los curanderos se comerán sus yerbas y se ahorcarán con sus cintas de medir
Nadie rebelará nuestro poder porque seremos todo el poder
No volveremos nuestros rostros cuando los niños nos sonrían
iremos de nuevo a la escuela con ellos
Entonces no habrá entre nosotros ningún indeciso
Los reclutadores se quedarán sin sueños en el infierno
Que les dejaremos por herencia
No nos sentaremos a medianoche en la cama a preguntarnos
¿sueño o estoy despierto?
Los mesías del valle no podrán ir a las montañas
porque ellas también serán libres
No dejaremos crecer las alas de ningún pichón de águila
Destetaremos los terneros mañosos
Un día nos reuniremos y romperemos todos los contratos de la providencia
siempre oportuna en desviar el agua y el aire de nosotros
No habrá invitados especiales entre nosotros
Decidiremos el mundo entre todos