EL CONCURSO DE VIDRIERAS

El concurso de vidrieras alusivas de la Fiesta Nacional de la Flor causó entusiasmo al principio y estupor después. El entusiamo corrió por cuenta de los participantes, el estupor lo aportó el jurado.
Había una vidriera en Escobar que despertó la admiración de cuanto espectador tuvo y que por su motivo alegórico representaba el trabajo, la poesía, la literatura, la pintura, las artes en general, bajo la influencia de la flor. Si el trabajo técnico era eficiente y cuidadoso, el artístico era magnífico.
Era esta vidriera, más que una posibilidad, un orgullo para Escobar.
También había otras vidrieras bien hechas y con buen gusto y contenido representativo.
Pero he ahí que el jurado olvidó todo esto y creyó que el concurso se trataba de poner flores por todas partes y la vidriera que tenía más flores, plantas y césped ganaba el premio. La cantidad era más importante. Lo representativo, lo espiritual, lo artístico y toda la fuerza expresiva de su profundo significado no tuvieron importancia. Se consumó así en Escobar otro asesinato más al arte, y van…
Escobar parece no estar preparado para estas cosas, y no lo estará mientras no se hagan actuar a jurados representativos y especializados, y con una reglamentación específica, porque es ahí justamente donde creo que está la falla.

Zapatero a tus zapatos dice un viejo refrán, habrá que aprenderlo si pensamos en 1965.