EL RÍO EN NOSOTROS

Hasta dónde el río en nosotros
abrirá la puerta a lo que fuimos,
mutando techo en isla
como inundación bisagra.
Por qué agua vida ahora agonía
hecha gota más gota
margarita al revés atestando
la espera seca de la muerte viva,
el dolor sumergido en la piel
del pétalo a la deriva que seremos.
Cambiamos el río, no de río.
Cambiamos, remando aguas arriba,
el estuario después desconcierta.
El después sube por los tobillos
arrastrando lo que fuimos.
No seremos los mismos
luego de la velocidad del agua
y de la angustia.
Los dos momentos,
antes y después,
pétalos de la flor de nunca,
no se reconocen:
Todo es correntada.