DIARIO DE UNA RECONSTRUCCIÓN, POR BEATRIZ VIGNOLI

C6 C7, los brillantes relatos autobiográficos de Fernando Callero

Diario de una reconstrucción

Por Beatriz Vignoli, tomado de https://www.pagina12.com.ar del 16-01-19
 
El retrato del autor como Poseidón litoraleño que ilustra la tapa del libro. 

Imagen: Alejandro Carreras
 
Publicados en el periódico digital Pausa, y reunidos como libro por la editorial Nudista, estos relatos de no ficción de Fernando Callero narran con calidad literaria deslumbrante el día a día en un centro de rehabilitación.
 
"Yo no nací de nuevo", escribe el poeta, novelista, docente, editor, dibujante, cantautor y performer Fernando Callero (Concordia, 1971) en el breve prefacio de su libro autobiográfico C6 C7 (Nudista, 2018). "Yo nunca vi la luz y volví. Tuve un accidente yendo por una calle oscura donde una constructora instaló una pileta de desagüe sin señalizar. Yo iba a verte con mi bici y de pronto el ground del mundo terminó".
También escribe allí que "Una narración es una forma de verdad, o por lo menos de búsqueda, y yo sigo confiando en las formas del relato para apuntar soluciones que sirvan a otros a simplificar el camino hacia la felicidad. Verdad, belleza y felicidad. A contramano del mundo".
El pozo oscuro que se cruzó en su camino aquella noche de diciembre de 2014 por los caminos de Santo Tomé (provincia de Santa Fe) convirtió al andariego escritor de entonces 43 años (autor de una novela de literatura migrante situada en Ibiza y de unos diarios de su viaje por recónditos rincones de Latinoamérica) en discapacitado cuadriparésico. La causa: una fractura en la sexta vértebra cervical con lesión en la médula espinal a la altura de las dos vértebras del título. Luego de salir de terapia intensiva y de esperar plaza, ingresó al Centro Integral de Rehabilitación de la mutual APREPA (Asociación de Protección Recíproca entre Productores Agropecuarios), en San Jerónimo Sud, a la vera de la Ruta Nacional Nº 9 (km. 340).
Allí comenzó a escribir este libro. Fue condición para ello el haber recuperado la movilidad de las manos y el uso del lenguaje, además de contar con una tablet o un cuaderno que llevaba al parque soleado de aquella extraña estación espacial lunar esperanzada en plena pampa gringa. Algunos de estos relatos fueron saliendo publicados durante 2015 en el periódico digital Pausa, en una columna con el título de "Médula".
Escrito en una prosa de calidad deslumbrante, compuesto de breves fragmentos tecleados en el silencio monástico de la mañana, C6 C7 relata no uno sino dos viajes internos: el nocturno a los mundos de la propia mente, a través del sueño; el diurno hacia lo profundo de la condición humana, en el sufrimiento compartido con sus compañeros.
El diario onírico y el de la internación se alternan, uno y uno, cincuenta y cincuenta por ciento de una experiencia límite donde el autor encuentra en las palabras una posibilidad más de rehacerse; capacidad verbal que no todos poseen, ya que algunos de los personajes del libro (todos ellos inspirados rigurosamente en personas reales) padecen lesiones cerebrales de tal severidad que se ven obligados a arreglárselas con un repertorio limitado de sonidos.
Pese a todo, la comunicación se produce; el humor sobrevive, las charlas permiten conocerse y ese develarse de cada vida mantiene una intriga novelesca cuyo interés impulsa la lectura. Detrás de cada accidente hay una historia (algunas muy trágicas) y también recursos con los que cada cual afronta sus nuevos aprendizajes, entre los cuales no es nada menor el saber hacer uso de las habilidades sociales imprescindibles para el mínimo bienestar en quien ha pasado de pronto a depender de otros para cada mínima acción o movimiento.
Dos viajes: el nocturno a la propia mente,
a través del sueño; el diurno hacia lo
profundo de la condición humana.
Estos cuerpos atrapados en diversos grados de parálisis, asistidos en la noche tempranera por sedantes prescriptos de efecto hipnótico, saben fugarse soñando. Los sueños de Callero no están señalizados como tales y el ground sigue, paseos con espíritus familiares en un paisaje litoraleño que deviene en un inframundo levemente siniestro: "Dónde van, nos dice. No sé, a dar una vuelta. Estamos aburridos. Desde la esquina aparecen unos niños malos, flacos rubios con las cabezas rapadas de inmigrantes o zombis salidos de fosas comunes de posguerra. Empiezan a molestarnos. Papá se alinea con nosotros y aconseja. Yo tengo el Duna estacionado acá a la vuelta, lo busco y los llevo al centro. Pero primero pasen con los gurises porque estos muertos de hambre son un peligro".
C6 C7 es un libro amable y durísimo, un curso acelerado en humanidad y un retrato del diario trabajo silencioso en rehabilitación que hace APREPA. Ejemplo de resiliencia y dignidad, autor de unos veinte libros en narrativa y poesía, impulsor clave de la edición independiente, formador de poetas reconocidos y él mismo una figura central de la literatura de la región, Fernando Callero se las arregló para seguir siéndolo en medio de su deambular por diversas instituciones de salud de la provincia que ya lleva cuatro años. Da un taller literario en su casa de Santo Tomé, ciudad donde vive desde 1995 y donde se armó el gym propio con pileta. Habla cada lunes a las 18 por Ochava Roma FM 107.1, radio que se emite desde la ciudad de Santa Fe. Vende sus libros por Facebook. En la página del sello Determinado rumor puede descargarse su ebook Una destrucción muy fina (poesía, 2012).
Parcialmente reunida en Al rayo del sol (Iván Rosado, 2013), la poesía de Fer Callero relumbra (al igual que sus canciones) con esa unidad entre enunciación y enunciado que hace que un verso suene real e inapelable como una pintada furiosa o un tatuaje. La misma contundencia, la misma complejidad bajo el manto de lo simple se disfrutan, pese al contenido por momentos doloroso, en estas crónicas mitad vigilia y mitad sueño cuyos habitantes adquieren una presencia inolvidable gracias a la potencia de los trazos con que estas estampas los retratan. En algunos pasajes, lejos de la aridez y muy cerca del asombro poético, Callero comparte información científica junto con su propia filosofía de la inevitabilidad de la destrucción:
"Sofi anda en su silla girando por todo el gimnasio. Es difícil verla trabajar, pero su voz resuena todo el tiempo. Da indicaciones, discute con los terapeutas, anima a los pacientes y, por sobre todo, nos hace reír. Tiene 20 años y su fuerte es un erotismo guarango que practica con todos los pacientes, de palabra. […] A jóvenes y viejos, en el estado en que estén, les hace chanzas atrevidas, los invita directamente a coger, y ellos brillan en ese instante en que su hombría es convocada detrás de los fantasmas de la postergación".
"El Sistema Nervioso Central de los humanos es […] un paradigma de evolución, y quizás por esto mismo un artefacto tan delicado. Un golpe certero puede desarmar la máquina perfecta, reducirla a partes desintegradas de inteligencia. […] La destrucción es inevitable".