Roto el hilo de voz que nombra y ata,
el mundo cae despacio,
y en su disolución
arrastra curvas
y esferas harapientas,
ángulos quebrados en sollozo,
huidas de pies y manos carcomidas,
ventanas desatadas en ráfagas de fuga.
Animales ciegos respiran en la pausa.
Las formas del silencio se alimentan de escombros.
De " Los habitantes de la memoria" (1975)