PARA ANALIZAR LA POESIA SOCIAL: MARTA ZAMARRIPA
Para entrar en Solo de mate para días de poca yerba no se necesita de ceremonia, lo ritual es lo evidente. El pacto con el lector es a primera vista: son poesía para ser dichas en voz alta. Hay libros que necesitan de la camaradería del cuarto de trabajo para ser leídos, otros piden la complicidad de las sábanas, los poemas de Martha Zamarripa se leen en las veredas, en las plazas.
No digo mi canto sino a quien conmigo va - reza el epígrafe.
Su poesía parece recordar con testarudez que hay una corriente lírica que se resiste a secarse para quien quiera oír que oiga. En las esquinas incrédulas del poema, Marta Zamarripa, bautiza "con voz de incendio" la indignación, la lucha, las esperanzas y " siempre con un poema en la manga" sale a gritar a los cuatro vientos.
Detrás de más de un poema uno sospecha que el destino de la palabra está unido a la utopía. Nos recuerda que la autocompasión o el lamento nostalgioso no son útiles para seguir escribiendo. Opta entonces por el mazazo, el grito, de los que siguen estando en el mundo a pesar de todo. Entonces la tierra es azul y es primavera que anuncia una nueva patria matriarcal, vital, plena y combatiente.
Esta mística del pasado y la utopía, crean un juego del cual el lector no puede escaparse.
Solo de mate para días de poca yerba es un tipo de poesía que no puede permanecer muda- Como con los fusiles, el asunto no es trivial y el poema no debe perder su impacto:
Al alba les sellaron
con pies con cemento
Y la pelambre erizada de los acontecimientos se plasma en figuras pesadas, voluminosas, delineadas, como las de Cezanne. El núcleo aludido y bordeado es el que está centrado en experiencias vitales.
Pero hay otro aspecto de su poesía que me interesa destacar: Entre Ríos deja de ser una provincia agraria, la ciudad ya no es una gran aldea, y aparecen rincones, esquinas , cocinas, lechos de ríos, aulas vacías, veredas cuesta abajo, jardines desvestidos, calles con yuyitos, oficinas, terrazas con gatos. Este exilio de lo puramente geográfico pone en evidencia el carácter político de la escritura y la estatura de los hechos humanos que delata. La fuerza de esta escritura, pareciera decir que Marta Zamarripa tiene la íntima convicción de que las palabras no lo pueden todo y apela a la ternura, los golpes, las caricias.: "Este es mi mensaje, leeedme!"
Claudia Rosa
Síntesis del texto de presentación del libro, en Paraná, casi primavera de 1993. Diario "Nueva Hora".