De Constelación (2007) / Antología incluida en "América en Bandadas"
No tenía título
y lo vestí con lanas y lienzos, titulándolo:
"desnudo nací, desnudo amé y desnudo moriré".
El que no quiera verlo que no lo mire.
Si la desnudez femenina
es obra de Dios como explicó William Blake:
a qué infierno le debemos nuestra desnudez?
Digo la desnudez física
que como una llave
ventila de par en par
la puerta de la desnudez psicológica.
Desenjaula el fantasma del miedo
y deja caer la hipócrita vestida máscara del pudor,
que a veces,
muchas veces,
por la culpa,
la grandísima culpa,
es reprimido envoltorio, otro ropaje.
El hombre desnudo vuelve al hombre,
marca fronteras,
celestes,
reales,
simbólicas...
No es el hombre desnudo de Derlis,
ni el de Egon Schiele que chapalea en su miseria,
es un dibujo de Julio Martínez Howard
que se salvó de otro infierno
y ahora corre, corre a vestirse, a completarse con otra desnudez,
la que lo aproximará a Dios.