Elegí el camino de la naturaleza
la rebelde de amplia pollera
aturdida de formas y colores
dramática a veces
versátil pasajero
que cambia energía de lugar.
Vientos de molinos
llevaron sus ofrendas al páramo perdido
y un jardín manantial abrió los brazos
a trenzadoras manos
simientes y lisonjas
carnaduras y heredadas sustancias.
Por rumbos de cielo
y rústicos altares
hubo obsequios de conciencia.
Hoy no para la vuelta de los días
ondea en lo campestre una sola respuesta:
no puedo recordar cómo lo hice.