Cae la cera blanca de la vela sin remedio
y se derriten los esfuerzos de la llama
por conservar el fuego.
Parpadeos en la luz advierten sobre una presencia leve.
El silencio es una danza de pétalos.
Aureolas de mariposas rondan en el aire.
No es la brisa que intenta apagar el fuego
es la llama que duda si seguir encendida.