1-¿Cual fue tu primer contacto con la poesía?
Creo que cuando era chico, en séptimo grado, había que ponerle el nombre a la biblioteca de la escuela y busqué en el diccionario de casa algunos nombres y encontré el de Alfonsina Storni. Me había llamado la atención por qué se había metido al mar.
2-¿Quiénes fueron tus poetas formativos?
No sé si pueda nombrar a tantos poetas, me cuesta enumerar o identificarme con una lista única. Si bien lo que leo va modificando lo que escribo no percibo el sonido de un grupo en particular al momento de escribir. Si me pasa de hacer algo como me dijo mi viejo que hay que hacerlo o de seguir consejos de amigos al pie de la letra. Supongo que aquellos poetas que me llaman la atención, me gustan o me divierten, me ayudan a escribir...
Si fueron muy importantes las clases de literatura contemporánea que daban en la Universidad del Sur Mario Ortiz, Sergio Raimondi y Marina Yuszczuk. De alguna manera ellos me acercaron una literatura totalmente desconocida para mí además de fomentar mucho la escritura entre los alumnos.
Me impresionaban los textos de la materia y mucho más el entusiasmo con el que los daban. Ahí empecé a convencerme no solo de escribir sino también en la posibilidad de enseñar, convertirme de alguna manera en profesor.
Además tengo como una Biblia a la que siempre vuelvo, un librito de poesía china que me gané en una apuesta un día que Racing le gano a Boca.
3-¿ Pensás que la prosa es más fría que la poesía?
No creo che. Son diferentes, eso seguro. Hay escritores que tienen una prosa increíble. Te proponen pensar en buscar algo que diferencie esa prosa de lo que se dice “la poesía”. Igualmente creo que la prosa es tan fría como la poesía y tan calida también.
4- Hablando de la génesis. Qué me puedes decir de tu propia poética?
Mmm me parece que no mucho. Recién ahora estoy pensando un poco en eso y tampoco me convence pensarlo. Creo que leer es una de las máquinas que siempre intento tener encendidas. Eso me ayuda mucho a escribir. Supongo que también las personas, los espacios, la comida y mi forma de relacionarme con todo eso. Disfruto mucho jugando a escribir.
5- La mentalidad del “mercado” de la poesía no tiene un peso inherente. Sirve para algo la poesía?
Sí, sirve para muchas cosas por ejemplo la amistad. A mí la poesía me da muchísimos amigos con los que disfruto comidas, lecturas, paseos y más cada vez que los veo. Una vez me invitaron a leer en Coronel Suárez y pude conocer y recorrer sus plazas. En la colonia dos hay una que se llama Sergio Dennis y fuimos con unos amigos a estar un rato porque les conté que cuando era chico escuchaba mucho su música porque mi mamá tenía un cassette de él. Eso fue gracias a la poesía.
Lo que sí hace esa malvada mentalidad es poner los libros siempre en estantes bajitos y cada vez que busco alguno me tengo que agachar un montón y después me duelen las rodillas.
Ah, y también sirve para saber que no todo es mercado.
6- ¿Desarticular la gramática funciona cuando el lenguaje carece de identidad?
No sé si el lenguaje carece de identidad. Creo que jugar con la gramática es divertido y la escritura te permite hacer eso. Me gusta pensar que la bondad que tiene la literatura es aquella que nos permite jugar con las palabras sin molestar a nadie. Porque en definitiva la literatura es mucho y poco a la vez.
Cuando era más chico con unos amigos salíamos a repartir poemas a la calle. Muchas personas nos trataban de locos, vagos, nos tiraban los papeles enfrente nuestro demostrando que no les importaba. Otros se ponían a leerlos en voz alta, nos agradecían el gesto o nos pedían más para regalar a sus amigos. Creo que lo que se podría desarticular es la forma hermética que tenemos de percibir la gramática y el lenguaje.
7- ¿Cuál fue el último libro de poesía que leíste?
En realidad leo muchos libritos a la vez... pasa que los leo medio de corrido y la mayoría de los libros de poesía son cortitos. Tengo siempre alguno en la mochila y cuando espero en alguna fila, en colectivo o voy a la plaza con el perro leo. Lo que sí te puedo decir es que el último poema que leí es la consecuencia de Mirta Rosenberg que está en el libro el arte de perder, es este, mirá:
Esto es un árbol. La raíz dice raíz,
rama cada rama, y en la copa
está la sala de recibo
de un mirlo que habla.
La mesa donde escribo
-una fiesta de solteras-
está hecha de madera de ese árbol
convertida por el uso y por el tiempo
en la palabra mesa.
Es porque da frutos que caen
y por el gremio perenne de sus hojas
que se renueva el árbol
y que existe la palabra árbol:
aunque a veces el bosque
lo oculte a la vista, lo contiene
el árbol en la palabra árbol.
Y no es que éste sea un poema abstracto.
Es que las palabras se repiten entre sí
por el sentido: son solteras y sociables
y de sus raíces crece un árbol.
8 –¿Que tema musical eligirías para escribir un poema?
Nunca escribí algo de esa manera, supongo que cualquier tema de música sirve para escribir cualquier poema. Quiero decir; me gusta mucho la música como alimento pero a la hora de escribir no presto mucha atención a lo que me rodea, me quedo como en silencio, no escucho nada.
9- ¿Cuál es la mejor forma de terminar un poema?
No sé si hay mejor forma en un poema, ni para terminarlo. Me pasa que muchas veces cuando escribo dejo como un par de versos al final que sirven medio de remate. Después los empiezo a mirar y generalmente los borro. Al principio creo que va bien, que el poema está cómodo con su cuerpo, pero cuando le doy más tiempo me doy cuenta de que muchas veces los últimos versos están de más. Como si explicara demasiado; ahí me doy cuenta de que no siempre es necesario.
10- Unicidad / multiplicidad lírica. ¿Hay muchas poesías, o una sola?
Uf.... ni idea... creo que hay muchas, o por lo menos eso es lo que me gusta creer. Si hubiese una sola poesía seria medio aburrido. No sé, capaz hay una sola que contiene a muchas pero igual sería innecesario porque la poesía se mueve por muchos rincones, cazando, de alguna manera, a los poetas.
Junio del 2014.
Tomado de: 1 POETA 10 PREGUNTAS (2014)