La forma cohetera de los desodorantes
en aerosol para chicas
resuelve con éxito la indecisión
que surge en el momento de la compra
y entonces el intercambio de cosa por dinero
fluye tranquilo como el río Paraná
o como la vida de esas personas
que saben
que no hay que hacer de los problemas un mundo.
Es más fácil hacerse de ese perfume a rosas
comprimido en un palo de aluminio
que la idea de darle cabida
a un perejil que pide explicaciones
todo el tiempo.
De Farmacia (2013)