De “La inocencia y el viento” (2014)
Dejó algunos papeles dispersos en la mesa.
Un teléfono rojo con un número fijo.
Y la voz del psiquiatra en un cuento de hadas
que desgasta el ayer. La piedad como siempre
se ausentó entre rincones. Había que ocultarse.
Con un pie en la terraza dar un salto vacío.