LAS PALABRAS Y LAS MOSCAS

Mientras leo una antología de la dinastía T'ang
va y viene una mosca alborotada,
alcanzo el repasador desde la silla 
y lo dejo a mi alcance, 
releo un poema de Meng Hao-Jan, esta vez
moviendo apenas mis labios, además de zumbar
la mosca golpetea contra la mesa, da luego en la pared
pasando a la desesperación, me paro
para correr la cortina de la ventana.
“La primavera no solo trae flores”,
me digo. Ya con los dedos en la tela 
decido volver a mi lugar y anotar en un papel
la anécdota sin cambiar nada. 
Cuando quiero acordar
la mosca ya no se oye, y empiezo
el poema de la página siguiente.
Sé que más tarde volveré
a revisar estas palabras.


 

(De Podría haber sido un haiku)