La cama deshecha duplicada en el espejo: despojo de una crisálida.
Un soplo de brisa mueve las cortinas y veo la niebla que baja entorpecida a través de la glicina. El sol nace con lentitud.
Envuelta con la toalla y con los pies desnudos, una alegría sosegada me rodea con el frío de esta media primavera.
La oruga suspendida a la rama de la glicina por su arnés de seda, está creciendo.
Anoche mi metamorfosis llegó a su fin, soy una mariposa.