En la cama que ahora es desierto,
el recuerdo de mi novia llama la atención:
interesa la piel morena
sus músculos duros
que decoran mi memoria.
Interesan sus piernas.
Cuando se levanta
y el foco de 60 W la ilumina,
puedo sentir el efecto que produce su belleza,
como cuando se cruza de piernas
y no pierdo de vista
la cicatriz chiquitita
que tiene arriba de la rodilla.
Así, por mi exceso de abandono
puedo estar horas y horas
imaginándola dormida en la cama
hasta que recupero la razón.