LA PEQUEÑA VERRUGA

En la cama desnudos

acariciás mi pierna izquierda,

cuando tu mano llega      

a mi rodilla, la sacás enseguida

sorprendida del asco que te produce

mi verruga.

Me decís, con aire molesto

y quejoso: cuándo te vas a sacar

esa verruga horrible?

Entre risas tímidas

en voz baja te digo en el oído:

no me la voy a sacar

porque cuando me dejes

o alguna vez tengás un amante

tus manos recorrerán la pierna de otro

y al llegar a la rodilla

las yemas se erizarán por un vacío

al no sentir el asco que te produce

la pequeña verruga

de mi rodilla izquierda.

De La pequeña verruga (2009).