Mi madre atraviesa invisible el alambrado
y se pierde en el maizal.
No lleva un vestido vaporoso
tampoco sombrero.
El sol no la daña.
Personas y raíces
se parecen
en estos lados.
Inclina su cara
huele el maíz
lo elige para nosotros.
Comemos de su mano
los granos
como pájaros.