PREFACIO A "NADA EN LAS BOCAS AHOGADAS"

Nada en las bocas ahogadas manuscrito barbieriirungaraybounissent versión dada en villa los aromos a 6 del 9 del veinte 21 en segundo año de la peste en la era de la metamorfosis del concepto de verdad.

 

Anotaciones secretas del Libro Sagrado de la Isla. De todos los hallados, y que difieren entre sí en algunos párrafos, se dice que este es el que vale y fue enviado por María Barbieri a Marcelo Leites.

 

Nada en las bocas ahogadas: un manuscrito encontrado en Entre Ríos, traducido y redactado en versión de María Barbieri, al que antecede un comentario introductorio por parte de esta.

 

Palabras liminares al manuscrito Nada en las bocas ahogadas

Este manuscrito fue encontrado en unos campos de color gris y chamuscados que parecían de madera resquebrajada vuelta piedra rara, territorios de ese lugar al que a veces llamaban continente, otras, región, a veces, país, no hay exactitud en esto, lo cierto es que de continuo eran formas y límites que variaban debido a que las anexaban aquí o allá, y por lo que llegaron a darse la muerte. Una de estas zonas estaba casi desprendida de un bloque, la señalaban como tierra del platino, formación que parecía estar indestructiblemente en riesgo, esto se pudo constatar en dibujos desdibujados en los que se observa en plata una voluntad tectónica de estar separándose del conjunto en caída libre, con una tendencia a inclinarse a la derecha. Extraña figura en la que el vértice está abajo.

El manuscrito trata de oraciones en “La Casa del Agua”, habla de animales extinguidos, de extrañas formaciones verdes que brotaban de la tierra y crecían, las que comían o llevaban de un lugar a otro en naves que las transportaban, esto último lo hacían de tres modos principales: flotando, en pájaros metálicos o sobre la superficie de la tierra, todo lo cual lograban y más gracias a un elemento circular duro, en cuyo centro abrían un ojo por el cual enhebraban una pieza, logrando así que la cosa dura y circular gire alrededor de un eje; objeto que parece haber sido copiado de la forma y comportamiento del planeta que habitaban.

Para estudiar la técnica que usaban para pensar, conservamos un ejemplar de esta máquina hallado en lo que fuera un reino llamado “Mesopotamia”, que significaba “tierra entre ríos”, nombre por el que se conoce una zona del Fresco Futuro ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates, si bien se sabe que esos ríos se superpusieron al que ellos denominaban “Pariente del Mar” y “Río de los Pájaros”, que hoy son monstruosas extensiones de nada abrasando lo

que entonces fueran zonas fértiles contiguas a unos frescos abrazos de agua, a ese desierto nosotros lo denominamos Afnischiperirasí.

La cosa circular, dura y que movía era adorada por esas tribus, los escribas que documentaron los objetos que usaban estos bárbaros hablaron de esa cosa con distintos nombres: rueda, lo que rota, wheel, hweol, hweogol, hwehwlan, hwegwlan, kwekwlo, kwel, lo que gira, lo que se mueve, hjól, neumático, κύκλοςkúklos, chakra, disco, lo que es circular, rruédape y 1001 denominaciones más.

El manuscrito Nada en las bocas ahogadas refiere hechos ocurridos en la era previa a la era de la comprensión del círculo, estos habitantes dividían todo hasta la eliminación de los secretos, de lo que se puede comprender lo de la división de la tierra y de los alambrados; a la tierra le daban diferentes nombres aun dentro del mismo nombre, de lo que derivó el pathos sonoro; por ejemplo, veamos este teorema, que así lo llamaban ellos, comentado en papeles de la época en que aún no eran ciegos, aunque tenían las miradas veladas, teorema geográfico en el que había una cosa nombrada “Colonia La Suiza” donde corría agua que denominaban “arroyo Santa Rosa” que en antiguos mapas de ese entonces las tierras entre ríos aparecían con el nombre de Alejandro Irungaray para identificar esa región y también aparecían esgrafiados así en algunas reseñas históricas donde se habla de la “Batalla de Santa Rosa” que se libró en los campos de este varón que hablaba en una lengua prerrománica, una de las pocas lenguas no indoeuropeas que se conservaban vivas en esa región que gobernaba prácticamente todo, aun siendo un pequeño pedazo de tierra, que en la remota antigüedad había sido origen de mucho y profundamente admirado hasta la reverencia pero que a última hora el desprecio fue el aire que lo envolvió ante la decadencia del espíritu que manifestaron a todo lo que no fuera como ellos. Cuando en ese entonces se referían a estos últimos usaban la expresión ininteligible hasta hoy de “Europa occidental”.

En esos campos verdes, como de oro, como de brillantes, como de seda, como de ríos, como de mares, como de hojas, se encontraron pedazos de armas, que los niños descubrían durante sus juegos.

Nota de MB: Se reproduce en esta versión las formas del original, líneas centradas y continuidad entre ellas, sin espacios, ubicándose a la izquierda los nombres de cada oración.