Agua:
que se deshiela.
Pureza que corre
entre rocas.
Amor que transita
entre lo áspero
de lo cotidiano.
Mirada y luz que fluye,
como el primer rayo de sol,
y se cuela a merced
de la oscuridad.
Lugar ausente de lo fatal
del devenir de lo cotidiano.
Más sonroja,
más querencias….
Abisal es la despedida…