SALMO I

Hijo de la tierra me muestro

HOLDERLIN

Perdido en la tormenta…
Enrique SANTOS DISCÉPOLO

Oh Dios,
despega tus oídos de la música celestial de Bach
y escucha la música de la tierra.
Escucha mi corazón en la noche,
dislocado como un pobre loco
salta por las angosturas del pecho.
Escucha su salto de ciervo herido,
su latido insomne que no cesa.
Días y noches atrapado en los senderos
de su propio bosque.
Bosque de malos días. Bosque de malas noches.
Indefensos estamos.
Y tu silencio nos cubre como una espesa manta,
por donde no se cuela
ninguna palabra, ningún consuelo a la aflicción.

Oh Dios despierta.
Despierta Dios de todos.
Hijo de la tierra me muestro.

 

(De Salmos del Desamparo en "Azul de frío")