Un viaje a la tierra de los poetas
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Dos producciones audiovisuales de Mario Daniel Villagra Segovia señalan un itinerario de aproximación a la morada de dos poetas entrerrianos: Marta Zamarripa y Miguel Ángel Federik. El realizador registra el movimiento de los rapsodas en su mundo y va tras el móvil que los lleva a vivir en la poesía.
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Texto de Franco Giorda
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La voz en off dice: «Marta Zamarripa, una poeta que escribe por estar, estar y estar en pie». Así queda hecha la invitación a rondar por los lugares donde la poeta vivió, realizó sus estudios y trabajó en busca de las palabras. Ella misma lo cuenta desde su Victoria actual. En diálogo con Villagra discurre sobre el sentido de sus estrofas y recuerda pasajes de su vida. Habla del amor, las mujeres, la política, la memoria, la muerte.
En locaciones hogareñas y costeras la poetisa irá desenvolviendo la naturaleza del vínculo con su casa, el río y los libros. En medio, la lectura de sus propios poemas adquiere un poder singular. Entre ellos, uno es particularmente sobrecogedor: se trata de los versos dedicados a diez de sus alumnos que fueron desaparecidos durante el terrorismo de Estado de la dictadura cívico militar.
En el ir y venir de las imágenes de Marta Zamarripa, una poeta en pie (2015) se cruzan señales estéticas y pertenencias. Una biblioteca, un cuadro o una referencia en el agua son entradas para conocer un universo personal y compartido.
En la segunda realización, con recursos narrativos bien resueltos, es presentado Miguel Ángel Federik. Aquí la propuesta es revelar, desde piezas artísticas y testimoniales, una exquisita personalidad. Así, los retratos conllevan microhistorias que componen un todo; las letras muestran un modo de vincularse con la humanidad; los discos son formas de experimentar lo sublime.
Los antepasados, los descendientes, los amigos, los modelos de conducta, los colegas están en cada uno de los objetos que Federik expone a la cámara. En este marco, el poeta demuestra una autoconciencia acabada. La pertenencia generacional, la identidad estilística y la formación intelectual y sensible son expresadas con sapiencia, aplomo y belleza. El hombre confiesa haber realizado parte de este trabajo «a solas y en provincia».
En el discurrir de Miguel Ángel Federik, el poeta descalzo (2016), el protagonista tiene palabras para gente como Jorge Luis Borges. El haberlo conocido le permite decir que era «hermoso y provocador». De Juan L. Ortiz comenta que utilizaba un «jazz oral» para leer en compañía de los jóvenes. Asimismo, habla con familiaridad de Linares Cardozo, Pedro Luis Raota, Artemio Alisio, entre otros artistas comprovincianos y del mundo.
Sebastián Macchi toca el piano mientras Federik habla. Ese diálogo sutil entre el instrumento y la voz realzan el tono del carácter fúlgido de la realización.
Una vez concluido el paseo audiovisual en torno a Zamarripa y Federik, son sus voces las que quedan flotando como una materia imperceptible.
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Marta Zamarripa, una poeta en pie
https://www.youtube.com/watch?v=tJHM_kpSrA4
Duración: 14 minutos
Cámaras: Mario Manteka Martínez y Gastón Bertolini
Edición y montaje: Santiago Salerno
Música original. G. Fonk (composición), Florencia Distefano y Valeria Martínez
Guion y dirección: Mario Daniel Villagra Segovia
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Miguel Ángel Federik, el poeta descalzo
https://www.youtube.com/watch?v=LaQofo6tOAM
Duración: 19 minutos
Cámara: Santiago Fiorotto
Sonido: Facundo Sonderegger
Edición y montaje: Santiago Salerno
Música: Sebastián Macchi (piano); Viviana Sánchez (tambor de agua y calimba); Juan Costa (biriambao)
Guión y dirección: Mario Daniel Villagra Segovia