Y de repente la noche entrevista a Belén Zavallo

Belén Zavallo: “Lo poético es una forma de detener el mundo”

Y de repente la noche conversó con Belén Zavallo, poeta, narradora, docente, editora y gestora cultural. Su voz se ha multiplicado en talleres, libros y proyectos colectivos, y en esta charla en YDRLN nos comparte su mirada sobre la escritura, la identidad, la maternidad y la literatura como oficio vital.

«La literatura es para mí, un camino largo: comencé en la docencia hace más de veinte años, pero siento que viene de antes. En mi casa siempre hubo libros, recitación de romances, una madre y una hermana docentes… la palabra estaba muy presente. Y creo que eso fue marcando la sensibilidad desde la infancia» señala al inicio de esta conversación.

Traés la infancia como un lugar fundante, ¿cómo dialoga esa primera geografía con tu escritura actual?

Para mí siempre hay un regreso. Esas primeras hojas perfumadas que me regalaba mi mamá, los diarios íntimos con candado… todo eso fue el inicio. La escritura tiene un tiempo distinto al de la vida, y muchas veces me encuentro volviendo a esa primera casa, a esas palabras que me formaron. No me di cuenta de que iba a ser escritora: es algo que uno entiende después, cuando ya está escribiendo y publicando.

También mencionás mucho el lenguaje de las mujeres y los cuestionamientos de identidad.

Sí, siempre me pregunté por eso. De chica ya jugaba con los apellidos, con lo que significaba ser “hija de” o “esposa de”. Crecí en una sociedad patriarcal donde la voz pública era la de los varones. Me interesa rescatar esas tensiones porque la literatura, la que escribimos las mujeres, todavía suele ponerse en un estante aparte, como si no fuera parte de la “literatura universal”.

Hablábamos en la feria del Libro Paraná Lee con Ariana Harwicz sobre la necesidad de correrse del cliché de “escritura feminista”. ¿Qué pensás de esa etiqueta?

Creo que uno no puede manejar cómo te leen los demás. En mi caso, cuando escribo trato de ser honesta con lo que la escritura me pide. No escribo para complacer ni para polemizar, sino porque hay algo que me llama y no puedo dejar de hacerlo. El lector aparece después. Y lo íntimo, lo cotidiano, no es menor ni más suave: también es político.

Vos planteás lo poético como una forma de detener el mundo.

Totalmente. Lo poético está en la vida diaria, en la oralidad, en la musicalidad de nuestra provincia. A veces escucho una frase en la verdulería o una conversación de niños y digo: “esto es poético”. Esa capacidad de detenerse es fundamental frente a la urgencia en la que vivimos. Yo misma voy registrando esas frases con audios, fotos… un archivo caótico pero vivo.

¿Cómo convivís con todos tus roles: escritora, madre, docente, editora?

Soy inquieta y bastante disciplinada. Escribo a la mañana temprano, preparo talleres, subo materiales a mi sitio, todo lo artístico me entusiasma. Pero también siento que la escritura y la vida están en tensión: convivo con lo que soy como madre, con los cambios físicos y hormonales, con el paso del tiempo. Eso también se vuelve literatura, porque el lenguaje siempre ficcionaliza. La escritura me permite recortar y transformar lo vivido.

Hablemos de tus últimos libros. Publicaste Lengua montarás (Premio Storni 2021), Todos tenemos un jardín, El silencio respira como un animal y ahora se reedita Las armas. ¿Qué significan para vos?

El silencio respira como un animal fue una novela muy íntima, escrita como cartas a un padre y a una madre. Las armas aborda la violencia y los abusos, y siempre me incomoda volver a leer lo ya escrito, porque siento que ya no soy la misma. Pero sé que son libros carnales, escritos con mucha intensidad. Ahora estoy trabajando en una ficción más distanciada de mi vida, aunque siempre con fuerte a

anclaje en la geografía.

En Entre Ríos se percibe un resurgir de la escritura, en presentaicones, en las ferias del libro. ¿Cómo lo vivís?

Lo celebro. Hay mucha gente encontrando su espacio en talleres, en lecturas. Pero también creo que falta reconocimiento: a un músico se le paga por tocar, a un escritor muchas veces no. Presentar un libro requiere preparación, tiempo, dejar a los hijos al cuidado de alguien. Ese trabajo debe ser valorado. Si no, prefiero quedarme en mi casa escribiendo.

Belén se encuentra trabajando en un proyecto audiovisual: Palabra de las buenas noches, un ciclo que se emite por Canal 9 después del noticiero. La idea es invitar al descanso con un texto literario. «Fue un desafío elegir poemas que transmitieran paz y no desgarro. Lo realizamos con Xime Velázquez y Nati Cobos: tres mujeres trabajando en un espacio de mucha intimidad, articulando silencio y palabra» señala e invita a continuar en estos espacios transitando la palabra y la literatura como forma de vida.

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