EN ESTA FOTO DEBEMOS TENER CINCO Y SIETE AÑOS

En esta foto debemos tener cinco y siete años.
Nosotras, las hijas,
estamos paradas delante de la puerta de casa.
Atrás, la cortina de gasa bordada.
Vestimos pulóveres de colores alegres,
naranja, rojo,
tejidos por mamá.
Y si no bajás los ojos
no llegás a ver
nuestros zapatos sin lustrar,
porque todo en la vida tiene una medida
y hay lugares donde el amor no llega
o tiene maneras de llegar
que, a veces,
son difíciles de aceptar.
Pero en esa época, eso no nos importaba,
a todo decíamos que sí.
El día de la foto, un amigo de papá
nos había regalado
esas conejas que sostenemos a upa.
Eran de tela.
El cuerpo relleno de un material, como de paja,
cubierto de una felpa peludita blanca,
y vestidas igual.
La tuya, en tonos de rojo y verde,
la mía, en verde y azul.
Las dos estamos sonrientes,
los ojos brillantes.
¿Qué nos daba más felicidad?
¿Las conejas
o ser miradas así?