A través de decenios, de patios,
trasplantes, mudanzas, basuras,
desdenes, colillas y helechos
vuelve a florecer el lirio atigrado
de noviembre,
traído por tus manos
a los canteros de mi adolescencia.
Miro sin asombro el milagro.
Envejezco,
rabiosa de vida, como el lirio.
(Salió en el Libro Seguay en19 79)