Me moriré sin vos, eso es sabido;
tus ojos no vendrán antes de irme
y en vano esperará tus dedos firmes
mi mano, que en caricias has sentido.
Te morirás sin mí, no habré podido
en tu final mirada repetirme,
pero sé que fugaz, al despedirme
una lágrima sola habrás vertido.
Aunque el cariño su lealtad señale,
otros seres pusimos como un muro
entre nosotros dos y fue cobarde.
Si todo indica que ya no hay futuro,
en mi poesía está y no es alarde
que lo mejor de mí por siempre es tuyo.
1979