COMO EN LOS BUENOS TIEMPOS

A veces, miro un poco entristecido 
la fiel evocación de ese retrato 
donde estás viva, aunque hace mucho rato, 
digo bien, mucho rato que te has ido. 

¡Y apenas la impresión que nada deja! 
Tal vez he preferido más perderte 
que haber seguido amándote, hasta verte 
con la vergüenza de sentirte vieja. 

Y, sin embargo, acaso mentiría, 
si quisiera decir que todavía 
no he cesado de oírte junto al piano 

que nadie ha vuelto a abrir, como en ninguna 
emoción de aquel tiempo tan lejano 
cuando aún eras prima de la luna.