Iba cayendo mi vida
Perdida para el amor,
Cuando me dijo la tuya:
-¡Levántese, corazón!
Yo me quedaba sin versos
Sin aliento de cantar…
Díjome tu voz de plata:
-Tráigame versos del mar.
Viviendo de cosas tristes,
Canté, dolorido y blando…
Como Nietzsche, me insinuaste,
-Versificar caminando.
¡Pasión del canto y la vida,
Reanimada por tu aliento,
Llévala siempre contigo
Sobre las alas del viento!