No basta el silbo, amigazo,
Ni el remedo de la flauta;
No está el zorzal en la pauta
Ni en cualquier ruido el ribazo.
Dos gracias en armonía
Suma el pájaro cantor:
Canta lo suyo, su amor,
Y el secreto de la umbría.
Que el estro el caso resuelva
Si es capaz de tanta hondura:
Raíz en el alma pura
Y el canto, voz de la selva.
El poema que yo siento
Se da al reclamo exterior
Con tanta unidad de amor
Que parece casamiento.
Si no es un título vano,
Todo aquello hay que tener,
Cantor, para merecer
El de zorzal entrerriano.
Agosto de 1966