PLAYA

Aquí podría resolverse en beatitud
Aquí podría la zona del abandono
concentrarse como sal
pero no
un brazo una pierna un pie bastan
para interrumpir la infinitud
y seccionarla.
Tan desnudos estamos que el viento
nos trae y vuelve el pelo violentamente;
sabedor de antiguas vestiduras
imprescindibles para levantar los ojos
en mirada espejal de imágenes muertas.
Aquí podría alargarse como mar
la vertical tensión que nos precipita
diariamente hacia adentro.
Pero no, basta una voz entre espumas
que algún pie eche a vuelo, para caer
bruscamente, en el tiempo.
 
(De: Cuando el sol selle las bocas, 1968).