Abrumada de muertos que se han ido a la muerte del cuerpo
por otros que continúan en el tiempo y el espacio compartidos
por retratos que se caen de los muros dejando señales
por antiguos aromas que no se repiten en el aire nuevo
por preguntas que nos hacemos durante insomnio y pesadillas
por la extranjería que nos nace cuando estamos juntos
llegué aquí.
Y aquí permanezco solicitada por recuerdos sin fechas
por nombres de personas que se alejaron de la memoria
por rostros que desdibujan el de alguien amado y perdido
por silencios que repiten el de alguna vez en la provincia
por reminiscencias que felinamente desliza imposibles
por arenales que traen la extensión del nunca jamás
por niños que impíos descuartizan algo viviente
por viento que al viento persigue en inútil búsqueda
estoy aquí
Nadie tiene las llaves que abren las puertas que dan al olvido.