CANCIÓN
El verano, niña mía,
en los dulces cabellos.
El verano en el vestido,
niña, de llama.
(El Domingo, es verdad,
no era esa tarde para ellos)
Ah, pero de lo hondo
de ti, los ojos
flotando hacia aquel cielo
con un rocío encendido.
Ay, niña, con un rocío encendido.
Y el canto, el canto íntimo, niña, llorando hacia la brisa,