La gaviota ve al dorado
que persigue a una mojarra
— Compadre: ¡Linda su presa!
grita aleteando a flor de agua.
— No es presa — dice el dorado
¡Si es mi cuchillo de plata
comadre! ¿No ve que estoy
probándolo a la clavada?
— Compadre —ella grita al punto
embuchando la mojarra—
¡Lindo cuchillo y disculpe
si vino justo a mi vaina!