Caminando en círculo alrededor del globo
terráqueo, relatando el viaje
en todas las lenguas posibles
del orgullo, de la indiferencia, de la pasión
estoy otra vez en un jardín inmóvil
donde
hay muchos objetos no identificados:
unas inocentes cebras listadas bajo los abedules
pálidos huéspedes enfermos en el dorso del disco
el ojo de Polifemo bajo la flor
del Jacarandá
un monstruo de vidrios con botones
un héroe homérico que muere a la orilla del mar
las hojas del gomero bajo la lluvia
la fórmula química del arco iris.
En esta lista interminable debo agregar
desde el domingo pasado:
la leve, mágica nieve de lowa.
De: Puntos luminosos