Del libro del S.J. José Jolis,
Ensayo sobre la Historia Natural
del Gran Chaco y las Prácticas
y Costumbres de los pueblos que habitan,
MDCCLXXXIIX
Los pueblos conquistados desde ahora podrán ponerse como
[nosotros
los Infieles plumas de Caburé entre los ojos / Crin de veloces
caballos entre las piernas
y parir sus mujeres no bajo dibujos de Audrey Beardsley, no bajo
[palios de
oro con incrustaciones de dragones que echan fuego por la boca
[sino en las maniguas
o los cocoteros sobre las hamacas colgantes. También estos pueblos
[conquistados
deberán echar al fuego sus pinturas la cosmética de Carnaby Street
[los cristales
de Murano o las
(fastuosas) (luminosas) (bellas) mariposas de color de
[los vitrales de Saint Chapelle,
[por ejemplo,
y extraer en cambio de los frutos de las papayas la leche
transparente
con la cual curamos las heridas o frotamos para bien de los
[ancianos de la tribu
el nido de las sacerdotisas antes del sacrificio ritual y para colmo
cuando dejamos nuestras piraguas en la costa marina lo único que
[extrañamos
fueron los volcanes y aquella tierra azul que de pronto tiembla
[se abre
nos traga. Informo a los etnólogos y también a los antropólogos
[de las
pirámides
que la tierra conquistada no sufre alteraciones de su continente
[desde la
prehistoria. Por eso todas las necedades de su lógica tienen el
prestigio de sus jardines de Versailles: aquí se pueden prever las
estaciones y los cambios del dólar con mucha anticipación. Hemos
[percibido
también en estos naturales un arraigado orgullo de raza
y que las tortugas de los experimentos atómicos se arrastran
[lentamente hacia
una playa de sombras.