Tomado de: http://adncultura.lanacion.com.ar
Ruta de la inversión , dice el título de este libro de poemas, y lo dice todo de una vez. Como si al volver sobre sus pasos -andar el mismo surco en sentido contrario- el poeta de estos versos viera pasar del revés una película que le resulta familiar. Película muda, pero sobre todo ciega, ante los hechos que proyecta: el pasado no viene a arrojarle su migaja de melancolía, ni está esperándolo al final del camino para palmearle la espalda, lo que convierte a sus poemas en el anticlímax de un inventario o del manual del malogrado. Se trata más bien del breviario del estoico urbano, cuyo héroe salta a la vista con el conejo del poema final: "inmóvil/ ante un minúsculo calvario/ sonriente... muy sonriente..."
Luego de la edición de El Estado y él se amaron , especie de suma del "ciclo segoviano", que conoció una serie de versiones previas virtuales o en papel, work in progress a fuerza de fragmentos y reescrituras, Durand entrega este volumen de poemas breves. Mientras que aquello que define y justifica la apuesta en El Estado... es la proliferación de procedimientos y estrategias poéticas, la expansión que deviene en narratividad, el juego de voces puestas en circulación, en Ruta... los poemas se ajustan a dos máximas que funcionaron como guía para la generación de Durand: la de Pound acerca de la imagen ("un complejo intelectual y emotivo en un instante temporal"), y la de William Carlos Williams ("no ideas salvo en las cosas"), leitmotiv de la revista 18 Whiskies , de la que Durand formó parte.
Cada poema del libro parece perseguir la misma escena, suceda esta en un patio, una calle de Boedo o al pie de un alerce patagónico. Las variaciones no ocultan su condición especular: de un lado está quien enuncia el poema; del otro, la porción de tiempo, con sus amores, sus objetos que a cada cual le otorga el destino. Y en medio, la lengua, el único instrumento que tiene el poeta para rendir cuenta de aquello que, no solo huye, sino también declina: "La luna llena de hoy atraviesa la noche/ mañana ocurrirá el mismo espectáculo/ cuarenta y cinco minutos más tarde/ con mucho menos fulgor..."