El tábano nace de la bellota del cardo. El picaflor, según los primeros conquistadores, sale del fruto del chaviyú. Pero hay algunos sabios que, como el Padre Guevara, aseguran que la hembra pone un solo huevo, y otros más sabios, de la misma laya, que sólo pone dos huevos, de los que sale un gusano que se convierte en mariposa y la mariposa en picaflor a fuerza de volar. Aceptemos la duda como en el origen de Homero y reconozcamos que el picaflor es un pavo real diminuto. Es todo pluma decorativa. Su cuerpo no es mayor que una almendra y dentro de las cartas que enviaban a España los soldados que no conocían todavía la tarjeta postal —pero sentían su necesidad— ponían el cadáver de un picaflor. Con él querían dar la sensación del nuevo mundo mentiroso y atrayente.