EDAD DE AMOR

Si anuncia senos bajo su percal,

entra en edad de amores la paisana,

dulce su piel como de lechiguana

y paseandera por el malezal.

 

Siente su cuerpo joven y bagual

guapo de sangre como flor, liviana,

y anda dándole envidia a la mañana

con su limpio frescor de manantial.

 

Siente también la voz, esa que empieza

en el hondo malón de la tristeza

y termina en su gracia querendona

 

y siente el cántico recién nacido,

el galopar indómito y perdido

del corazón, que se descorazona.