Con los sueños en la heladera
dos suspiros en el aire
y un amor en el bolsillo,
censuro mi vida y la cuelgo de tus notas,
cauterizo algunas manchas en mi alma,
edifico puentes hacia la empedrada de tu calma
y ordeno a mis dos pimpollos junto a un jardín de plata.
Decido que quince mariposas choquen en mi piel
dictamino que duerman solemnes en mi ficción,
que decreten un silencio en tus palabras
y decidan junto a cinco libélulas azules
que la vida es un mandamiento de advertencia
Junto a miles de amores de utopías.
Condeno a las huellas que son perennes en la hierba
y calumnien a las pisadas de tu resistencia.
Murmuro en una pared de crítica colores
de aviso para que ni una sombra
me aceche en el pasaje de este infierno.
Reflexiono en una galería de pasión
que el querer notifica un dolor.
Anuncio besos en el cielo de tus ojos
y edifico sospechas de esperanza.
Comprendo que la unión corrige el silencio,
pero no apoya a la soledad,
y que en cristales de ausencia
yo persigo entre ladrillos de voces una ilusión.