SALTO

 

I.

 

Cae el sol sobre tus ojos

y el nacer del otoño nos llama a la caída,

 

la de encontrarnos humanos en finitud hacia el cielo

 

 

II.

 

Desde la orilla nos contemplamos raíz

siendo la ausencia

                           de lo que creció y nos olvidó.

 

La luz en el río y nuestra tierra del otro lado

                          destierro en el horizonte azul

 

 

III.

 

Algo de la belleza de tu nombre

nombra la partida:

 

                             la  de  aprender a volver a morir.